Indudablemente las actividades deben acompasar a los tiempos y es así que los vínculos con la comunidad le aportan a la SFCC su público y sus proveedores.
Sus miembros, como integrantes de la sociedad civil y siguiendo, si, los mismos principios de los fundadores, proyectan sus actividades individuales en el conjunto de la vida ciudadana. Es así, que además de pertenecer a la Institución, también lo son de otras instituciones como por ejemplo los Clubes de Leones o el Rotary Club, así como partícipes de Comisiones de Apoyo a Hospitales o Institutos de enseñanza, en todo nivel.
También participando en organismos articuladores de segundo grado como es, a vía de ejemplo el Consejo Uruguayo de Bienestar Social (CUBS) donde convergen instituciones civiles con organismos del Estado en una sana y constructiva armonía.
Concordante con los principios primigenios de la SFCC, se procura que el gran beneficiado, sea individual o plural, sea el indigente y de buena conducta, sin distinción de religión, raza o tendencia política.
Pero para dar es necesario obtener. Para obtener se necesitan recursos, que pueden ser en metálico o en especies.
La SFCC tiene sus puertas abiertas a aquellas personas de buena voluntad que de una u otra forma deseen brindar su granito de arena para que un compatriota necesitado, tenga un mejor pasar.

¿Cómo colaborar?
Comunicándose con la SFCC en su sede en Montevideo, calle Magallanes 1529 o por el teléfono 2408 2624, en el sitio web y coordinando la entrega de las donaciones.
También en lo material, han sido y pueden ser herencias o legados de inmuebles, que a su vez se convertirán en base de rentas, continuando de esa manera, el fluido de fondos, tan necesarios para cubrir nuevos servicios.
En lo inmaterial nos gustaría poder atender esas necesidades intangibles que tanto inciden en la vida del individuo y por ende en la salud colectiva de la sociedad.
La indigencia también puede ser mental o intelectual o educativa. El quebrantamiento de la laicidad en particular en el sistema educativo también puede llevar a una indigencia intelectual. El espacio a actuar es enorme y la acción de la Sociedad Filantrópica también puede serlo.